La historia del cine en Lima está llena de recuerdos, arquitectura impresionante y momentos que marcaron generaciones. A lo largo del tiempo, diversos cines emblemáticos han dejado su huella en la capital peruana. Aquí presentamos siete de los más icónicos, que, aunque en su mayoría ya no existen, viven en la memoria de quienes los disfrutaron.
1. Cinema Teatro
Imagina Lima a principios del siglo XX, con calles llenas de carruajes y un ritmo de vida pausado. En ese contexto, el Cinema Teatro abrió sus puertas en 1909, marcando un hito al convertirse en el primer cine del Perú. Ubicado inicialmente en la esquina de las calles Belén y Faltriquera del Diablo, su impacto fue tal que pronto se trasladó al hoy famoso Jr. De La Unión, debido al desarrollo de lo que sería la Plaza San Martín.
Este cine fue pionero en introducir a los limeños al fascinante mundo del séptimo arte, dejando una marca imborrable en la historia cultural de la ciudad.
2. Cine Colón
Inaugurado en 1914, el Cine Colón no solo fue el cine más longevo del país, sino también uno de los más hermosos. Diseñado por el renombrado arquitecto Claude Sahut, su arquitectura era una obra maestra que atraía tanto por su exterior como por las experiencias cinematográficas que ofrecía.
En este cine se proyectó la primera película sonora en el Perú, consolidándose como un referente cultural. Actualmente, el edificio es resguardado por la Municipalidad de Lima al ser declarado Patrimonio Cultural Inmueble de la Nación.
3. Cine Metro
El Cine Metro, inaugurado en 1936 por la famosa compañía Metro Goldwyn Mayer, fue un proyecto ambicioso que marcó una nueva etapa en la experiencia cinematográfica limeña. Con capacidad para más de 1,300 personas y un estilo art decó, fue un favorito del público gracias a su impresionante acústica y su ambiente moderno.
Este cine proyectó exclusivamente películas de MGM hasta el año 2000, cuando cerró sus puertas. Hoy, el lugar ha sido transformado en una iglesia evangélica, pero su legado como ícono del entretenimiento perdura.
4. Cine Tauro
El Cine Tauro, inaugurado en los años 60, destacó por su arquitectura moderna, con una fachada asimétrica y un interior que evocaba un futuro prometedor. Sin embargo, con el tiempo, su historia dio un giro inesperado. Aunque alguna vez fue un referente del cine limeño, terminó cayendo en el abandono y siendo utilizado para fines ilícitos.
Su decadencia culminó con su clausura tras un operativo policial, dejando un recuerdo agridulce en la historia de los cines de Lima.
5. Cine Colmena
Ubicado en el corazón de la ciudad, el Cine Colmena no era solo un lugar para disfrutar películas, sino un punto de encuentro cultural. Durante décadas, ofreció una programación alternativa que atrajo a cinéfilos y artistas por igual.
Aunque cerró en 2014, su legado sigue vivo. Actualmente, en sus antiguas instalaciones opera el Colmena Market, un espacio que le da un nuevo uso al icónico lugar.
6. Cine Roma
El Cine Roma, inaugurado en 1956, era un destino obligado para los amantes del cine gracias a su arquitectura art decó y su excelente programación. Durante más de 40 años, fue testigo de largas colas de espectadores que buscaban disfrutar de las últimas películas y vivir el ambiente único que ofrecía.
Aunque cerró a finales de los 90, el espacio fue recuperado como un centro cultural, mostrando que los limeños aún valoran este importante ícono del pasado.
7. Cine Tacna
Desde su apertura en 1948, el Cine Tacna se posicionó como un referente del cine de calidad en Lima. Con una programación que inicialmente ofrecía largometrajes de Paramount y posteriormente películas de Bollywood, este cine cautivó a audiencias diversas.
Sus modernas instalaciones y su compromiso con la excelencia lo convirtieron en un punto de referencia. Aunque hoy permanece cerrado, su legado sigue vivo en el recuerdo de quienes alguna vez disfrutaron de su magia.
Los cines emblemáticos de Lima representan más que simples lugares de entretenimiento; son testigos de la evolución cultural, arquitectónica y social de la ciudad. Aunque muchos de ellos ya no están en funcionamiento, sus historias perduran, recordándonos la importancia del cine como un arte que une generaciones y deja una huella imborrable en la memoria colectiva.